Se abre la puerta y da un paso al frente. Mira en rededor, y pisa el acelerador. En un instante, está en su cuarto. Temblando, se deshace de la ropa mojada, que lo apresaba en humedad tétrica.
En su cuarto, piensa como deshacerse de las prendas. Estaba en el living del departamento, casi no se podía llegar a ningún lado sin pasar por allí. Decídese por la confrontación. Pasa al living cargando sus ropas, y mirando al suelo saluda a su madre. Ella le ofrece galletitas y le da un abrazo. Luego, por supuesto, le pregunta qué le había pasado, y si estaba bien.
