A un ritmo expectante, tumba puño y letras, muchas letras, gasta lo que puede mientras lo puede gastar. El dedo con la llaga y la llaga con la lengua y la lengua con la vida con el dedo y así murió y vivió un ratito. Ceniza al viento. ¿Por qué tan fácil? ¿Por qué nosotros, ellos aquellos? ¿Por qué mañana, luz y sombra? ¿Por que restos, sobras del mantel? No importa, al mástil con tus pezuñas ponzoñosas y lineales, apuntándome a tu libreta vieja de direcciones, apuntándome a tu uña y tu fuego. Que fuego...
Fue un preludio de antigüedades extremas, y todo por un viaje feliz, hacia no-importa, pero que el viaje sea feliz, con cajita feliz y mamá feliz. Ya no quiero puré, no quiero pollo ni cuchillo, dame letras y estribillos de mis queridas canciones crípticas mamá, esas que cantas, cuando estás sola.